¿Y si el apocalipsis ya pasó?

No cayó un meteorito, pero sí cayó TikTok en domingo con ansiedad incluida.

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Dicen que el fin del mundo será con fuego, agua o inteligencia artificial. Pero, ¿y si ya ocurrió? ¿Y si el apocalipsis fue silencioso y tuvo forma de scroll infinito, entregas en 24 horas y selfies con filtro?

No hubo explosión. Solo una notificación.

La humanidad no colapsó con guerras nucleares, sino con la necesidad patológica de aprobación. Cambiamos profecías mayas por trending topics. Y no estamos muertos, pero tampoco vivos del todo. Vivimos conectados, distraídos, dopaminizados. Una especie en pausa, entretenida mientras se cae a pedazos.

La tesis es incómoda, pero simple: el apocalipsis no tiene que parecer una catástrofe. Basta con que nos quite el propósito. Y aquí estamos: sin sentido, pero con buena iluminación.

La ONU lanza alertas climáticas. Las leemos entre videos de bailes y conspiraciones. Elon Musk anuncia que seremos interplanetarios, y respondemos con un sticker de risa. En esta nueva versión del fin, nadie corre. Solo compartimos.

Hay evidencia. Aumentan los trastornos de ansiedad, pero también las visitas al “horóscopo lunar”. El sistema educativo colapsa, pero preferimos ver si Mercurio retrógrado explica por qué me dejó en visto. No estamos esperando el fin. Estamos evadiéndolo con éxito.

¿Y quiénes ganan? Las plataformas. El algoritmo, ese dios pagano sin rostro, ya no predice lo que queremos: lo fabrica. Nos enseña a desear lo que es rentable para otros. Lo demás, que arda.

“Pero todavía hay amor”, dirá alguien. Sí. En reels de 30 segundos. Con música de fondo y subtítulos.

Este apocalipsis tiene delivery y cancelaciones express.

Objeción válida: “No todo está perdido, hay gente que lucha, crea, despierta”. Cierto. Pero no dominan la conversación. Y sin conversación, no hay resistencia. Solo eco.

¿Y si en lugar de esperar el colapso… empezamos a rehacernos? A apagar aunque sea un dispositivo. A volver al asombro sin pantalla. A perder sin publicar.

El apocalipsis ya pasó. Ahora viene lo difícil: elegir si queremos renacer o solo actualizar la app.