NO Me AMES, RESPÉTAME
El amor propio se siente, el respeto se practica
Nos vendieron la autoestima como si fuera medicina milagrosa. “Ámate más y todo se acomoda.” Suena bonito, vende cursos, pero no evita que alguien te suba la voz, te ignore en una reunión o devalúe tu tiempo como si fuera desechable. Quererte ayuda; sostener respeto te cambia la vida.
La confusión nace de creer que sentir algo por ti equivale a protegerte. No. La autoestima es una sensación, sube y baja con el ánimo, el cansancio, la temporada. El respeto es un estándar, no depende del clima ni del humor de nadie, cuando no está, se nota; risas a tu costa que toleras, interrupciones que tragas, promesas que se patean a la siguiente semana como si tu agenda fuera un terreno baldío.
Otra trampa es el verbo “merecer”, repetirlo frente al espejo no mueve una sola silla, el respeto no se ruega, se encarna, no necesita discurso, necesita coherencia, si te cortan a la mitad de una idea, terminas la frase, si alguien acostumbra cancelar a última hora, dejas de organizarle el calendario, si la ironía se vuelve regla, lo nombras por su nombre y pones distancia.
No es drama ni guerra; es claridad. Hay quien dirá que eso “rompe relaciones”, en realidad revela cuáles ya estaban rotas, cuando el respeto se vuelve no negociable, la gente que te valora respira contigo y la que te utiliza se incomoda.
No confundamos autoestima con blindaje, la primera puede darte calorcito, el segundo te da contorno, sin contorno, cualquier afecto se derrama y cualquiera decide dónde terminan tus bordes. Con contorno, incluso en días flojos, sabes qué no pasa y punto. No por orgullo, por dignidad.
La cultura te pedirá que te quieras más. Yo propongo algo menos fotogénico y más efectivo, tolérate menos mal. Quita de circulación la explicación eterna, el chiste “inocente” que hiere, la cita que nunca llega. No es un método, es una postura. El amor propio se siente, el respeto se nota. Y cuando se nota, te acomoda el mundo alrededor, no por magia, por consistencia. Puedes quererme o no; respetarme no es opción.